Vehículo que ha pertenecido a mecánico hasta ahora, bien cuidado de mecánica.
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No empezó en un local. Ni en una nave. Ni con una flota de coches impecables.
Empezó en casa.
Sin un euro. Sin coches.
Solo con una idea. Una obsesión. Una fe que no se podía explicar con palabras.
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Hubo días en los que no había nada más que incertidumbre. No había ventas, no había llamadas, no había gasolina ni para moverse.
Pero había algo más fuerte que todo eso: constancia.
Y una visión tan clara que dolía en el pecho. Un lugar propio, distinto, honesto. Un espacio donde la venta de coches no fuera sinónimo de mentira, de trampa, de desconfianza. Sino un lugar donde los sueños se materializan sobre cuatro ruedas.
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No fue suerte. Fue una cadena interminable de derrotas y pequeños aciertos.
Caídas durísimas.
Y levantadas todavía más bestias.
Días en los que todo decía ?ríndete? y aun así seguíamos.
Porque cuando algo nace de verdad, no puedes apagarlo.
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Hoy miro este AUDI y no veo solo un coche.
Veo cada noche sin dormir. Cada euro que no teníamos. Cada ?esto no va a funcionar?.
Y me sonrío, porque aquí está.
Perfecto. Único. Espectacular.Para ti.
No porque sí.
Sino porque así son los sueños cuando se hacen realidad: exactos.
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Este A4 no es para cualquiera.
Es para los que entienden que las cosas grandes no se compran, se conquistan.
Para los que se levantan antes del despertador, porque tienen algo por lo que pelear.
Para los que ven este coche no como un lujo, sino como un símbolo.
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Un símbolo de que todo lo que imaginas, si lo trabajas de verdad, si lo sufres y lo amas con locura? acaba llegando.
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Este coche no se vende. Este coche te elige si estás listo.
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Y tú lo sabrás. Porque cuando lo veas, algo dentro de ti se va a activar.
Como esa primera vez que decidiste luchar por algo tuyo.
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Ahí empieza todo. Otra vez. Y esta vez, sobre un AUDI.